LAS BELLORITAS
Hay unas flores, llamadas belloritas, que dan la hora y dan el tiempo.
Los días despejados, gracias a las belloritas, se puede calcular la hora sin necesidad de mirar el reloj, y saber si hay nubes, como ayer, sin mirar al cielo, pues las belloritas siguen el curso del sol sobre el horizonte, y se inclinan y cierran completamente si va a llover o está nublado. También reciben las belloritas el nombre de mayas, por florecer en mayo, desde Pascua en casi todos los lugares herbosos de la Península, y su aspecto es el de una flor compuesta: una inocente, diminuta y delicada margarita blanca y púrpura. Sin embargo, estas flores, cuanto más se pasa sobre ellas el cortacésped, que hasta da no se qué decapitar las cabezuelas, se vuelven más fuertes sus hojas en roseta, pues es por la flor por donde se le va la fuerza a una planta. Y así, el césped recién cortado, se ve todo limpio; de ser azul oscuro, parecería un cielo sin estrellas pero, a la semana, se constela el césped otra vez de belloritas, empeñadas en dar el tiempo y en dar la hora.
El paisaje nos refleja, vemos lo que somos. Donde había hierba alta para el ganado, quedan sólo praderas de belloritas. Además del tiempo y la hora, estas flores están señalando el ajardinamiento, la urbanización del campo
LA MATANZA
El MONDONGO tiene sus peculiaridades en la proporción de las especias y pimentón.
Para la elaboración del CHORIZO se escoge carne de magro, jamón, paleta... Por cada kg. de carne se le añaden 22 gr. de pimentón y la misma proporción de sal.
En el caso del SALCHICHÓN, se realiza con la misma carne, pero en vez de pimentón, se le añade un preparado para cada 5 kg. o 10 kg. de carne.
Hasta hace poco era corriente ver en la plaza del pueblo la realización de la típica "MATANZA" del cerdo. Allí algunas familias, entre los meses de diciembre y enero, sacrificaban el marrano, lo sangraban y chamuscaban, realizando previamente una cama de paja que prendían para eliminar "LAS CERDAS". Seguidamente se escaldaba la piel con agua hirviendo y se raspaba con un cuchillo bien afilado.
El resto de la labor de despiece, descarne y elaboración de embutidos (el mondongo) se hacía en las casas.
El primer paso era el vaciado, para lo que se colocaba al animal sobre una escalera en posición vertical, realizando un corte de arriba abajo en la parte central y se extraían los órganos y las vísceras.
Las tripas se lavaban en los regatos, frecuentemente había que romper el hielo.
Seguidamente se colocaba el cuerpo sobre una "TAJÓN" de madera, en el que se realizaba el "DESPIECE", depositando costillares, lomos, etc. en una "ARTESA".
En cada familia se solía cebar uno o varios cerdos para el consumo familiar.
"LA MATANZA", antiguamente, era la base fundamental de la alimentación familiar en los pueblos.
El típico "COCIDO", compuesto básicamente por garbanzos con chorizo y tocino, era el plato diario de los campesinos.